Hay cosas en la vida que solo con oírlas una vez te quedas con ellas.
Una de estas frases que se me quedó clavada en la memoria como una astilla en mi mente[1] es una de las reglas de oro de la ecología domestica, la regla de las tres R.
¿En qué consiste?
Son las iniciales de estos tres verbos: Reducir, Reciclar, Re-utilizar
En efecto, la cantidad de basura que podemos generar al día los seres humanos es impresionante. Si vives solo o si te toca sacar la basura todos los días lo podrás comprobar fácilmente, cada día sacas a la calle una o dos bolsas de basura. Desde aquí espero que por lo menos ya estas separando lo orgánico del resto, pero eso es otra historia que no viene a cuento.
La Regla de los tres R es muy fácil de aplicar y lo vamos a demostrar a través de un ejemplo, una lata de bebida.
Reducir
¿Cuantas latas te bebes al día? Yo, bastantes, así que he decidido aplicar por lo menos dos erres
a los cadáveres de metal ya que la bolsa de color amarillo[2] se me llena muy rápidamente.
Paso1: Estrujar horizontalmente la lata vacía.
De esta manera consigo romper
la resistencia que me va a ofrecer el objeto al aplastarlo.
Este paso no necesita ningún esfuerzo y cada uno de vosotros lo podéis hacer, hasta un niño tiene la fuerza suficiente para hacerlo, así que no hay excusas.
Paso 2: Aplastar la lata contra el suelo.
Este paso requiere un poco de destreza. Una vez la lata en en suelo y estrujada por el centro, hay que pisarla[3]. No lo hagáis muy rápidamente ya que podéis sufrir el efecto a tomar viento
, es decir que la lata sale disparada horizontalmente a toda velocidad y puede que vaya directamente a chocar contra el jarrón donde están las cenizas de la abuela y no es plan. ¡Hacedlo despacio!.
Tampoco lo hagáis sobre un suelo de madera porque os dejará una marca para siempre, o por lo menos hasta el próximo lijado.
Hacedlo en la cocina, sobre superficie dura y despacio.
Conclusión, ¿qué hemos conseguido?
- Reducir en más de un 80% el volumen de la lata vacía. Bien.
- Poder meter en la bolsa amarilla 5 veces más de latas vacías. Genial.
- Aplicar con orgullo las dos primeas erres de nuestra nueva regla de vida[4].
- Bajar la bolsa amarilla cada 2 o 3 días (en vez de todos los días). Fantástico.
- Ayudar a mejorar un poco el tinglao, Save The Planet.
Por cierto, si, bebo Coca-Cola Light sin cafeína, ¿y qué? 😉
Yo antes estaba enganchado a las colas (coca-colas, Richard, que te conozco :-D) pero me he tenido que desenganchar por prescripción facultativa. De todas formas muy educativo este post.
coca-cola light? Eso quiere decir que andas un poco sobrado de peso? Bien bien.. y por cierto, cambia el suelo de la cocina que es horrible!!!
Besos maestro!!!!
Et ben, en plus l’alu ca se vends tres bien …
on travaille sur une machine pour compacter les cannettes avec le bagad …
En ciertas ciudades como en Barcelona o Salou yo he visto maquinas por la calle para reciplar latas de refrescos con el sistema que aqui se explica. Muy Buena idea!
Cierto que hay máquinas de estas en las calles de Salou, de hecho hace años que las veo por allí pero nunca las he usado. Y por lo visto el amigo Xuan está trabajando en el invento de una, ¿qué hará de más?, darte un caramelo cada vez que compactes una lata? 😉 En fin, aquí solo pretendía dar una pequeña lección de ecología casera. También se puede hacer con bricks de leche etc.
Otro método que vengo aplicando desde hace muuuucho tiempo, se puede considerar una variación del expuesto por Richard:
Ventajas:
Inconvenientes:
Por lo demás… muy buen post, Ricky!
Si, es una variante muy interesante que suelo aplicar también. Es un poco más complicada y como bien lo dices, requiere cierta destreza y fuerza.
Tampoco carece de peligro, uno se puede cortar con este método. Personalmente lo desaconsejo.