Los que me conocen en persona, aparte de tener esa suerte 😀 , saben que soy un tipo muy calmado… casi hasta entrar en la categoría de «huevón». Hoy, tristemente, me ha tocado mostrar mi lado más visceral y violento… delante de mis vástagos, para colmo y, como no, ha tenido que ser al volante.
La verdad es que hace ya mucho que voy relajado y tranquilo en el coche (atrás quedaron los tiempos de las «prisas» y «genios» conduciendo). Sin embargo, hay comportamientos que consiguen sacar lo peorcito de cada uno. En mi caso, me revienta que alguien te haga una barrabasada (no hablo de que se me cuelen en un atasco, sino de algo serio, que ponga en peligro mi integridad o la de los que viajan conmigo) y que, cuando le haces ver tu malestar… ¡aún tenga la poca vergüenza de increparte!. Lo siento, pero no puedo con eso.
Esta mañana, como decía, una elementa ha tenido la feliz idea de incorporarse a una rotonda justo cuando yo pasaba. Y, de no ser porque «la veía venir» y he pegado un frenazo, lo cierto es que la buena señora podría haber salido despedida contra el otro extremo de su coche (ella iba en un Citroën C3 y yo casi en un autobús). Viendo que me echaba encima, mientras frenaba a fondo, he empezado a tocar el claxon en un intento por hacer ver a la tipeja lo peligroso de su acción. Pues bien, aún va la elementa y se me pone a gritar y gesticular como diciéndome que si estoy loco, que donde voy…
En fin, que he saltado por el principio de acción-reacción (el mismo que se da en el hecho de estrenar corbata y que te salpique el aliño de la ensalada 😀 ) y le he espetado un «Â¡Â¡Â¡ I M B E C I L !!!» que se me ha llenado la boca al decirlo.
Triste, muy triste situación que mis retoños han tenido que presenciar…
¿Y a vosotros? ¿Qué os saca de quicio?
Yo cuando voy en la moto me voy acordando de la familia de la mayoría, pero como llevo casco no «me se» nota jajajajaja 😉