Empezar con una disculpa es casi tan malo como carraspear. Pero Richi ésta te la debo por haberme ausentado sin motivo aparente. Aunque la pereza y la desidia pueden ser un motivo tan bueno como cualquier otro. Sin embargo no son ésas las causas.
Una fulgurante vuelta al equilibior sentimental unida a un descontrolado dolor de muelas me han dejado fuera de combate unos días. Tanto así que me he tenido que ir a Barcelona a cenar con mi amiga Irene Clarkson y ésto es lo que me he encontrado en la ciudad. Me río yo de los inventos de Pixel y Dixel. La bola luminosa que nos vendió un moro hindú con tintes sudamericanos en plenas ramblas sí que haría las delicias nocturnas de cualquier techie (trekkie? teky?). Idiotiza al más colgao. Y yo se bien de que hablo.
Los Sith están a la altura de lo que esperaba, por cierto. Verlo en Kinépolis sala 25 no tiene desperdicio tal y como Alex de la Iglesia bien expuso éste fin de semana en El País. Ya me está faltando tiempo para volverla a ver. En su primer fin de semana ha recaudado más de 303 millones de dólares en todo el mundo y lo normal es que ayude a que la nueva trilogía se convierta en la más vista de la historia por encima de Lord of the Rings y de la primera (o segunda según se mire) de Star Wars. Coincido con casi todo el mundo (casi todo el mundo que entiende algo de la saga) en que después de El Imperio Contrataca ésta es probablemente la mejor película de la saga.
Ya era hora de leer algo tuyo.
Comenta la foto porque este obviamente no eres tu, y la tia tampoco es tu novia… tu diras.
No. Has estado perspicaz. Ese no soy yo. Ella tampoco es mi novia. Puede que sepa quienes son. Puede que no. En cualquier caso eso no importa. Lo que importa es que ninguno de ellos soy yo y ya con eso me doy por satisfecho.
Gracias Mariano Rajoy por esta explicación.