Skype es sencillamente genial, me acabo de pegar una charla de 50 minutos con Yoann, un amigo mío que actualmente vive en Nueva York donde trabaja como webmaster de Michael Page.
50 minutos de «placer» tecnológico, de charla amena, de vídeo conferencia sin corte alguno y con una calidad de sonido bastante superior a cualquier teléfono.
Inimaginable hace 10 años, hoy en día miles y miles de personas se hablan y se ven cada día, gratuitamente además. ¿Qué tendremos dentro de otros 10 años? No me lo puedo imaginar, esto me supera… y estoy feliz.
Me temo que mi «SkypeMania» sea más grave de lo que se podía pensar en un primer momento. Ahora le ha tocado el turno a Bruno, un buen amigo mio, francés como un servidor pero que tiene la inmensa suerte de vivir en Rio de Janeiro desde hace más de 10 años.
Ahora se lo cuento a mi colega Laurent que trabaja en París… ya os podéis imaginar como ¿no?