Una semanita fuera

SalouUna de las ventajas de no tener trabajo (seamos sinceros, no hay muchas) es que tienes tiempo libre, y bastante.
Aunque me empeño en ocupar mis horas con muchas cosas, he decidido hacerme un pequeño viaje para ver a mis padres.
Así que os dejo y os leo dentro de una semanita (o menos).

Crónicas parisinas (IV)

paris25
Así se ven las cosas cuando sacas el brazo desde el cuarto piso
Hoy casi 3 horas arriba de la Tour Eiffel. A las cuales hay que añadir un poco más de una hora de cola. Hace un frío que pela pero merece la pena.
Comida rápida en el Quartier latin ante de visitar las torres de Notre Dame. Desgraciadamente las puertas se han cerrado una hora antes y no hemos podido entrar. No pasa nada, vamos corriendo a la Sainte Chapelle pasando delante del 2 Quai des Orfèvres (cuartel general del comisario Maigret) pero tampoco aquí tenemos suerte.
Nos vamos pues de compras a las Galleries Lafayette.
Acabamos esta fría jornada comiendo un couscous como Dios Manda en L’Etoile de Marakesh, excellente.

Que te vaya bonito

RegaloDentro de muy poco tiempo dejaré mi actual empresa para vivir nuevas aventuras, pero eso, lo comentaré un próximo post.
Mientras tanto, están llegando los momentos agridulces de las despedidas y de los regalos.
Esta maravillosa pluma Waterman ha sido el regalo escogido por mis más cercanos compañeros para que los recuerde para siempre.
Quiero desde aquí darles las gracias uno por uno.
A Rémy, el marsellés (habitante de Marsella) más prometedor de la Compañía.
A Esther, que me da unos sustos como solo ella sabe.
A Joshua, el inglés más cabrón y cachondo que nunca he conocido.
A Bélén, o cómo la inteligencia y el estrés pueden convivir juntos.
A Ana, la belleza tímida y silenciosa, demasiado silenciosa.
A Inma, la que nunca volvió a ser la misma el día que salio de aquella peluquería.
A Alicia, o las meteduras de pata con más glamour.
A Jorge, buff, cuando la maldad se hace metrosexual.
A Cris, joven mama, una loba con piel de cordero.
A José Ramón, la victima de Cris, hasta para esto tiene un chiste.
A Paula, algún día te gustará el DreamWeaver.
Y a Pablo, mi compañero de régimen, siempre a la par.

A todos vosotros, gracias por haberme aguantado a lo largo de estos 4 maravillosos años.