Gracias Ana por enviarme ésta noticia. Así que Triki, el monstruo de las galletas de Barrio Sésamo, se va a pasar a la verdura y a los filetes a la plancha.
A Triki lo que realmente le hace falta es probar el Bombay Zafiro mezclado con cualquier refresco semi transparente. Ésta bebida de pijos la descubrí en Palma el verano pasado cuando comenzaba a salir con la joven que ha tenido a bien partirme el corazón. Ayer por la noche decidí que era el momento de recuperarla (la bebida) y ésta mañana lo que he recuperado es una resaca del tamaño de Montana.
Claro que mejor es tener una resaca (masculina y justificada) que no una llorera (afeminada e inexplicable) como la que me entró ayer. Y queda bastante impresentable ponerse a llorar en medio del Comité de Dirección de la empresa.
Es increible lo que hace la edad y, supongo, la deshinibición. Llevo una semana sensible en la que he decidido que ya que no he mostrado nunca mis sentimientos y menos aún llorando, que igual era el momento de romper esa barrera y dar rienda suelta a las represiones. Y no he parado desde entonces. Lloro en la oficina. Lloro en el gimnasio. Lloro conduciendo. Lloro jugando al poker. Lloro bajándome música lacrimógena del emule. Lloro mirando las estrellas en mi nuevo telescopio (gracias Kiko pero prefería una ipod). Lloro en clase de doctorado. Lloro comiéndome un McPepito. Lloro viendo por enésima vez Algo pasa con Mary. Y lo mejor de todo es que no me siento mejor. Si acaso me siento algo idiota. Confirmo, por tanto, que ésto de llorar (al igual que el sexo en general) está claramente sobrevalorado.
Bueno
RichardLuis, llorar es humano y dicen que ayuda al cerebro a crear endorfinas que calman el dolor y la angustia.Pero tampoco hay que pasarse. La vida la movemos nosotros con nuestra voluntad y persistencia. No hay que rendirse jamás ante las circunstancias.
Por cierto que por fin he podido deducir que te has ido a trabajar a Travel
PlanClub.Que sepas que sigo tu Blog aunque no haya tenido tiempo hasta ahora de hacer comentario alguno.
Un abrazo.
Gracias Luis H., pero el que escribe es Luis C.
Yo aun sigo sin encontrar trabajo y no suelo ni beber ni llorar tanto como Luis C. 😉
Luis, se supone que esa notica era para darte un poco de vidilla, no para que acabase como introducción de una de tus elucubraciones sobre tu reciente ruptura y sus consecuencias. Espero que la próxima que te envíe nos deje ver que estás mejor y que vuelves a ser ese Luis divertido y feliz que todos queremos…(ahora te queremos igual pero preferimos verte riendo)…(además estás más guapo cuando dejas ver tu preciosa sonrisa). Un besito.